Como sentirse en casa con tarifa de amigos
Buenos Aires, Argentina, supo en los últimos tiempos de la multiplicación de estos refugios especialmente relacionados con los más jóvenes. Producto de la explosión turística de los últimos años, era de esperar que la demanda de alojamientos económicos diera cabida a algo hasta esos momentos casi desconocido. Son llamados en inglés: hostel y hosteling a las cadenas del turismo estudiantil. También, es posible el hospedaje de adultos mayores, aunque a estos se los conoce como bed & breakfast.
En Madrid, esto es otra cosa. Están los especializados en bajos recursos, tienen varias camas en una misma habitación, los baños deben compartirse y sus duchas recuerdan al colegio o al club, en su mayoría están dirigidos a un público que apunta a los servicios de un hotel con baño privado y los servicios propios de estos establecimientos. Pero a un precio bastante menor de que cobran en las capitales de Europa.
Los puntos a favor son muchos. La ubicación es uno de ellos, la mayoría de los Hostales en Madrid están ubicados sobre la Gran Via, la calle Preciados o cerca de la Plaza Mayor, están próximos a la estaciones de Sol, Tirso de Molina o Chueca. El metro es muy bueno y llega a todas partes, incluyendo el Aeropuerto de Barajas.
Edificios antiguos, reciclados, varios de ellos con valor historico y pueden ser de un solo piso en una construcción compartida con otros alojamientos o viviendas privadas.
Son lugares familiares, atendidos por matrimonios en general con la asistencia de sus hijos y el personal domestico que son un integrante más de la familia.
Sus cuartos por lo general pueden ser chicos, como para una sola persona, algunos algo mayores, pueden tener cama matrimonial o sino dobles, para evitar el agregar un catre para el colchón del niño. Una opción como para dos matrimonios que tengan una buena relación, es la opción de dos cuartos contiguos con un baño a compartir. Eso, si, sin demasiadas pretensiones, tienen tres estrellas para abajo, algunos ninguna, pero no dejan por eso de ser buenos.
Muchas veces tienen ascensor, pero ejercitarse subiendo un par de pisos no viene nada mal. Por el contrario, resulta bueno para el corazón y el bolsillo.
Cuentan con teléfono, televisión, los hay también con aire acondicionado y casi todos con Internet, desde la web sus pasajeros se promocionan, se contactan, consiguen empleos, realizan reservas y les gira la vida a aquellos pasajeros que no pueden vivir sin consultar sus e-mails-
El Ayuntamiento controla los precios y la calidad de los servicios. Para tener una idea podemos hablar una habitación para una sola persona desde 35 euros, la doble a 60 y la triple 80. Hay variantes más hacia arriba que hacia abajo, aunque todos tienen respeto por la limpieza y el desayuno incluido es soberbio.
Lo más difícil es hacer una reserva porque la oferta es amplia en número de establecimientos, pero la mayoría no llega a tener 15 habitaciones.
Es útil navegar en la Red para elegir. En sus páginas muestran, planos de ubicación, etcétera y se puede pedir información antes de reservar. En primavera y otoño el costo aumenta, lo mismo que en ciertas fiestas. El invierno es buena época al margen de la temperatura, uno de los encantos de los hostales es el ambiente de buena onda, bien madrileño, de los dueños y su clientela que quiere disfrutar al máximo gastando lo menos posible.